Hábitat Ciudadano
Por una mejor ciudad entorno a la calidad de vida de las personas.
jueves, 26 de marzo de 2015
viernes, 11 de octubre de 2013
/Autonomía 76. ¿Aguascalientes está interesado en la cultura?
En las próximas semanas se
realizarán en Aguascalientes dos festivales culturales importantes. El 3er
Festival de la Ciudad de Aguascalientes se efectuará del 9 al 22 de octubre con
motivo del 438 aniversario de su
fundación. Por su parte, el XIX Festival
de Calaveras, que surge para rendir homenaje al grabador y dibujante José
Guadalupe Posada, se realizará del 1 al 10 de noviembre. El primero lo organiza
el gobierno municipal y el segundo el estatal, por lo que tiende a ser un
motivo de rivalidad entre las dos administraciones.
Inversión en cultura
Posiblemente esta competencia por
ofrecer el mejor festival permita que haya más y mejores ofertas culturales.
Sin embargo, la política cultural va más allá de un evento al año. Por ejemplo,
el monto que se invierte en cultura, considerando que la calidad de la oferta
cultural puede variar con un mismo presupuesto, es un indicador del interés que
tiene un gobierno en este rubro. Mientras
que la tendencia mundial es invertir más en cultura, pareciera que en el país
ocurre lo opuesto. Recientemente, la Jornada publicó que el Presidente de la
República contempla, en su propuesta del presupuesto de egresos 2014, una
reducción drástica en el gasto de cultura de 23.4%.
Por su parte, la administración
estatal, en los primeros tres años de gobierno[1],
destinó en promedio cerca de 1.1% del presupuesto del estado al Instituto
Cultural de Aguascalientes (ICA). Esta proporción es menor a la registrada en
los últimos cinco años de gobierno de la administración anterior dirigida por
Luis Armando Reynoso. En esta administración el promedio de la proporción del
gasto destinada al ICA fue de 1.3%.
Por su parte, el gobierno
municipal ha destinado en promedio menos de 1%
del gasto total en el Instituto Municipal Aguascalentense para la
Cultura (IMAC). Sin embargo, el presupuesto destinado a este instituto, que fue
creado al final de la administración de Gabriel Arellano, ha aumentado
sostenidamente. En 2010, aún con la administración anterior, el IMAC obtuvo
0.3% del presupuesto. Después, pasó a tener 0.6 y 0.7% para 2011 y 2012,
respectivamente, para terminar con un presupuesto autorizado para este año de
2.9 millones que representa 1.6% del presupuesto total.
Asistencia a espacios y recintos
culturales
Los montos de inversión que han
realizado los tres órdenes gobierno en favor de la cultura no dan fuertes
señales de que exista un gran interés por ella. Sin embargo, la falta de
esfuerzo e interés de las autoridades se vuelve crítica cuando se considera que
se está desaprovechando el apetito que tienen los hidrocálidos por la cultura.
En 2010, el Consejo Nacional para
la Cultura y las Artes (Conaculta) realizó la Encuesta Nacional de Hábitos,
Prácticas y Consumo Culturales donde se preguntó, entre otras cosas, si alguna
vez había asistido a distintas ofertas,
espacios y recintos culturales. Estos son: bibliotecas, librerías, museos,
zonas arqueológicas, presentaciones de música y danza, cine, teatros, artes
plásticas, artes visuales, centros culturales, monumentos históricos y
festividades tradicionales. La encuesta permite calcular el porcentaje de
asistencia a estos espacios representativo de cada estado.
De esta manera fue posible
comparar la demanda en el estado en comparación con los demás estados del país.
Sorpresivamente, en la mayoría de los rubros Aguascalientes se encuentra entre
los primeros lugares de asistencia. Donde menos destaca es en la asistencia a
zonas arqueológicas, que se explica por la ausencia de estas en la entidad, y
en festividades tradicionales.
Con el fin de comparar el interés
general por la cultura entre los estados se construyó un índice de la siguiente
manera. Se asignó una puntuación que va de 5 a 1 dependiendo del porcentaje de
asistencia a cada espacio o recinto, donde 5 es para los estados con un mayor
porcentaje de asistencia y 1 para los que menos porcentaje registran. Es decir,
un estado obtuvo una puntuación de 5 en museos si el porcentaje de los que
dijeron que asistían a museos es de los más altos. Un 3 se obtiene con
porcentajes cercanos al promedio nacional. Un 1 en cine es para un estado donde
su población frecuente poco ir a este espacio. Posteriormente, se obtuvo el
promedio estatal de las puntuaciones que obtuvo por el porcentaje de asistencia
a cada recinto o espacio cultural.
Tabla 1. Índice de asistencia a espacios y recintos culturales
10 con mayor asistencia
|
Índice
|
10 con menor asistencia
|
Índice
|
Distrito Federal
|
4.8
|
Tamaulipas
|
1.9
|
Aguascalientes
|
4.5
|
Colima
|
2.1
|
Estado de México
|
4.4
|
Durango
|
1.9
|
Baja California Sur
|
4.1
|
Tlaxcala
|
2.2
|
Sonora
|
3.7
|
Chihuahua
|
1.7
|
Coahuila
|
3.1
|
Chiapas
|
2.1
|
Nayarit
|
3.3
|
Campeche
|
1.9
|
Michoacán
|
3.2
|
Guanajuato
|
1.8
|
Jalisco
|
3.1
|
Tabasco
|
1.7
|
Puebla
|
3.3
|
San Luis Potosí
|
1.6
|
De esta manera se obtuvieron los
resultados que se muestran en la tabla 1. Aguascalientes es el segundo estado
con mayor asistencia general a los distintos tipos de oferta cultural. El
primer lugar para el Distrito Federal es de esperarse pues es reconocido
internacionalmente por su oferta y demanda cultural. Para ampliar esta
clasificación se podrá incorporar variables como de infraestructura y oferta
educativa cultural.
Aunque en general el país tiene
serias deficiencias para atraer a la gente a la cultura, que
Aguascalientes se encuentre en los
primeros lugares de asistencia resulta
una oportunidad para detonar grandes proyectos culturales y hasta económicos.
Hasta ahora el gobierno estatal y municipal no ha aprovechado lo suficiente
esta característica. En una economía donde cada vez importa más la innovación y
la creatividad, la cultura es un activo que no puede despreciarse.
miércoles, 2 de octubre de 2013
Tintero Económico Diario: Los 20 Años del CIDE y el Bien Público
Tintero Económico Diario: Los 20 Años del CIDE y el Bien Público: Les comparto esta nota que escribió Ricardo Fuentes-Nieva, ex alumno de la Licenciatura del CIDE a propósito de los 20 años de la creación la creación de las licenciaturas. Ricardo actualmente es Jefe de investigación de Oxfam GB. Rive, para los del CIDE. @rivefuentes
martes, 24 de septiembre de 2013
/Autonomía 75. Huracanes, oportunidad para un cambio social
La devastación que han dejado los
huracanes Manuel e Ingrid al azotar al país simultáneamente me han provocado
dos reflexiones. Una es la preocupación por los efectos del cambio climático
que cada vez son más recurrentes y lesivos. Y la otra es el sentimiento de
empatía que existe en la gente para ayudar a los demás cuando se encuentran en alguna
desgracia.
Cada año se
presentan las mismas noticias donde documentan que los desastres y fenómenos
naturales son los peores en mucho tiempo. En Europa cada vez son peores las
nevadas, en el país tenemos sequías e inundaciones cada vez más devastadoras.
En está ocasión, es la primera vez desde 1958 en que coincide la llegada de una
tormenta por el Pacífico con otra por el Atlántico. Y también en estos días,
pero del otro lado del mundo, se presentó un mega tifón que ha afectado Taiwán y
Filipinas. Esto sin duda es un reflejo de los cambios en la naturaleza que
están sucediendo a causa de la contaminación y la degradación ambiental
provocada por el hombre.
Además, estos
no son los únicos retos con los que actualmente se tiene que enfrentar la
humanidad. Nos encontramos en momentos críticos donde no se ha podido acabar
con la pobreza y las epidemias en el mundo, y donde la desigualdad ha
aumentado, tanto dentro de ciudades como entre ellas, así como entre países. Al
mismo tiempo, la sociedad se encuentra inmersa en una dinámica donde se consume
más por aspiración que por necesidad y la economía supone de forma irreal que
hay suficientes recursos para mantener un crecimiento ilimitado (ver /Autonomía74).
Por otro lado,
este desastre ha permitido ver otra cara del ser humano. En momentos como este
se demuestra que la gente puede unirse y ponerse en la posición del otro para
ayudarlo y comprenderlo. Muchas organizaciones no gubernamentales,
instituciones públicas y empresas; se han unido para reunir víveres y apoyar a
las comunidades más afectadas. Por su parte, Aeroméxico e Interjet
proporcionaron vuelos gratuitos para rescatar a turistas que se encontraban en
las zonas de desastre.
No obstante,
gran parte de los mexicanos han estado acostumbrados a que el gobierno resuelva
todos los problemas que tienen aun cuando no sea su facultad hacerlo. Esto es
una costumbre que se ha mantenido pues, antes de la transición democrática, es
decir, cuando el PRI era el partido hegemónico y ostentaba la mayoría de los
puestos públicos, para resolver algún problema (público e incluso privado)
tenía que ser exclusivamente a través del partido o con el favor de conocidos o
amigos dentro de él.
A partir de
los años noventa el país ha seguido un proceso de democratización donde cada
vez los ciudadanos y la sociedad organizada, así como otros actores, tienen un
mayor peso e influencia para resolver los problemas públicos. Esto se ha dado
en conjunto con un acelerado avance de la tecnología que se ha convertido en
una herramienta esencial para detonar movimientos sociales que logran cambios
en la sociedad. Estos métodos y medios interactivos de participación aseguran
que la voz de cada persona sea escuchada y sienta un dialogo social que permite
enriquecer y mejorar las políticas públicas y las acciones sociales.
Es así que nos
encontramos en un momento crucial en la historia, pues tenemos problemas que
nunca se habían presentado o con la misma magnitud, pero asimismo,
la solución está en nosotros y es más fuerte como nunca antes. Cada vez hay más
casos donde el gobierno, la iniciativa privada, organizaciones sociales y la
ciudadanía en general se unen y logran grandes transformaciones sociales,
económicas y ambientales.
Es un punto de
inflexión en la historia de la humanidad para cambiar de desesperación a
esperanza, ambición a compasión, empobrecimiento a empoderamiento. Es un
momento crítico pero con una gran oportunidad de construir una sociedad
incluyente que permita a sus integrantes alcanzar su máximo potencial y
bienestar. Sin embargo, para ello se requiere nuevos sistemas, políticas e
instituciones; pero no sólo eso, un cambio efectivo se logra con una
transformación de la conciencia individual y del comportamiento y cultura
colectiva.
¿Qué si en realidad estos son los tiempos y que de hecho
nosotros somos las personas indicadas para detonar un cambio social?
lunes, 26 de agosto de 2013
/Autonomía 74. Consumir más por aspiración que por necesidad
“El hombre puede encontrar la felicidad
sólo si sabe limitar sus necesidades”
Máxima Zen
El Producto Interno Bruto (PIB)
de México se desaceleró en los últimos meses. En el periodo de abril a junio se
produjo menos que en los tres meses anteriores. Esto es preocupante porque de
continuar así en los próximos meses habría una quiebra sistémica de empresas y pérdida
masiva de empleos; es decir, estaríamos otra vez en una famosa crisis
económica. Momentos como este hacen pensar si el sistema económico que tenemos
es el mejor que podríamos tener.
La economía ha
llegado a un punto en el que su crecimiento se basa en que las personas
adquieran más y más productos que en realidad no le generan una satisfacción personal
real. Gran parte de la gente, de todas las clases sociales, destina la mayoría
de su ingreso en consumir por aspiración más que por necesidad. Por eso las
casas de empeño están repletas de smartphones
de última generación que valen aproximadamente tres veces el salario
mensual de un mexicano promedio. Asimismo, gente de ingresos medios o altos vive
para el trabajo con el fin de comprar un mayor estatus social a través de
propiedades, joyas, ropa, autos, etc.
Cuando
adquirimos algún producto o servicio buscamos el menor precio o la mayor
comodidad sin pensar en las repercusiones ambientales y sociales que tienen
nuestras acciones. Gran parte de lo que se consume se tuvo que transportar por
cientos o miles de kilómetros para lo cual se contaminó mucho más que si se
hubiera producido lo mismo localmente. Asimismo, posiblemente provienen industrias
contaminantes de China, o incluso México, donde los trabajadores obtienen
sueldos y condiciones de trabajo inhumanas. Otro ejemplo es el uso excesivo del
automóvil pues muchas veces no se justifica su uso; algunas veces es mejor
caminar, tomar el transporte público o utilizar la bicicleta. De hecho, cada
vez se justifica menos su uso en la ciudad, pues la forma más eficiente para
transportar el mayor número de personas en el menor tiempo posible y
contaminando menos, es con un sistema de transporte público intermodal.
El sistema
económico también se ha basado en algo llamado obsolescencia programada. Es
decir, que los productos están hechos para cumplir con una vida útil limitada
para que continuamente se siga remplazando con algo “nuevo” y “mejor”. Es
posible que en las tecnologías de la información sigan habiendo innovaciones
útiles que justifique adquirir continuamente el producto más reciente. Sin
embargo, llegará un momento en que las innovaciones sean superficiales como
sucede en el sector automotriz. Cada año sale a la venta un nuevo modelo que en
realidad no es mucho mejor al anterior. Además, desde hace varios años que el
automóvil cumplió con su función de transportar a la gente.
En la
industria restaurantera y alimenticia sucede algo similar pues se desperdicia
una gran cantidad de alimentos cuando estos podrían ser relocalizados para que
gente necesitada los aprovechara. Un ejemplo son las taquerías que se
encuentran en el D.F. llamadas El Califa, donde un taco normal de pastor cuesta
más de 20 pesos y uno de sus atractivos que presume es que todas las salsas que
ponen en la mesa son desechadas cuando el comensal termina.
Ideólogos del decrecimiento,
término provocador que propone autolimitar el consumo y la explotación
medioambiental, afirman que es posible vivir mucho mejor con mucho menos. ¿Vale
la pena trabajar más de 8 horas diarias para pagar créditos interminables de
autos, televisiones, minicomponentes, celulares, etc. cuando se puede ahorrar
dinero, cultivarse más y disfrutar más la vida al andar en bici, leer un libro,
visitar a un amigo o un museo? Se trata de consumir y producir cosas que en
realidad necesitamos y dedicar más tiempo a la cultura, la espiritualidad, a cuidar
nuestra salud, a las relaciones personales y a disfrutar el medio ambiente.
Consumir en la medida de lo posible productos producidos localmente, de forma
más natural y ecológica; como los alimentos producidos en huertos urbanos. Caminar
más, utilizar la bicicleta y el transporte público. Ver las etiquetas de los
productos para saber dónde y en qué condiciones fue producido. Problemas de
desigualdad, tráfico, contaminación e incluso de inseguridad se resolverían si
estuviéramos conscientes de las necesidades de las demás personas y de las
repercusiones que tienen nuestras acciones para el medio ambiente y la sociedad.
lunes, 12 de agosto de 2013
/Autonomía 73. Un paseo distinto por Nueva York
Alrededor del mediodía llegué al
aeropuerto JFK (John F. Kennedy) ubicado en la zona de Queens, al este de
Manhattan. Con 8 terminales es uno de los aeropuertos más grandes de Estados
Unidos y el que transporta más pasajeros internacionales. Para ahorrarme unos
dólares y conocer la forma en que los neoyorkinos se transportan, decidí tomar
el autobús para llegar al metro en lugar de tomar el tren elevado. Como este
medio no es común que lo utilicen los turistas y foráneos, tuve que pedir
indicaciones a algunas personas. Contrario a lo que se piensa, en ésta y otras
ocasiones la gente fue amistosa conmigo al darme indicaciones y recomendaciones.
El camión
llegó después de alrededor de 10 minutos que parecieron más pues la temperatura
era de más de 30 grados con una humedad de playa. Al camión abordaron en su
mayoría trabajadores afroamericanos de las aerolíneas identificables por sus
uniformes. Durante el trayecto casi en totalidad subieron afroamericanos y el
resto hispanos. Las colonias por las que pasamos eran sencillas y para el
contexto posiblemente pobres no muy distintas a una colonia de clase media o
baja en México, con varios comercios austeros con letreros en inglés o español,
y algunos en chino. En general, era una parte de NY que no aparece tanto en las
películas, aquí no había rascacielos, taxis amarillos ni tiendas exclusivas de
la 5ª avenida. Sin embargo, no se veía peligroso, se percibía una colonia
alegre con gente en las calles de todas las edades. Algo que atrajo mi atención
fue encontrar un huerto urbano en medio de la colonia entre tiendas y casas.
Después conocí
el metro. El cual se compone de trenes en su mayoría subterráneos con potentes
sistemas de aire acondicionado. Los túneles están sostenidos por columnas de
acero oxidados que por la humedad y el calor hacen difícil respirar dentro de
las estaciones. A pesar de ello, es muy popular y todo tipo de gente lo
utiliza. Extrañamente esta gran ciudad no aprovecha el espacio de sus avenidas
para implementar sistemas de autobuses rápidos, pues pocas rutas tienen
carriles confinados o alguna prioridad en el espacio vial. Posiblemente esto
sucede porque es parte del atractivo turístico ver avenidas llenas de
automóviles y taxis amarillos.
El metro fue
la mejor manera para transportarme hasta que descubrí la bici. En la ciudad de
NY es común encontrar ciclistas por las calles y a la vez existe
infraestructura para ellos, aunque tal vez no suficiente ni la mejor.
Recientemente, se implementó un sistema de bicicletas compartidas similar a la
que se encuentra en el Distrito Federal y en otras ciudades del mundo como
Londres, Montreal y Hangzhou (China). Este sistema consiste en tener varias bici-estaciones
distribuidas por toda la ciudad donde, después de adquirir una membresía de un
año, un pase de 7 días o de un día, se puede tomar una bicicleta y antes de 45
minutos se tiene que regresar a esa u otra estación para evitar cargos extra.
Financieros
influyentes, periódicos locales y Dorothy Rabinowitz, editorialista
conservadora, se opusieron al programa de bicicletas compartidas. Los primeros
no querían tener cerca de sus edificios las estaciones de bicicletas por lo que
lograron reubicarlas, algo parecido a lo que sucedió en la zona de Polanco en
el D.F. (historia: http://goo.gl/Flo2tj ,
reflexión: http://goo.gl/ttkszc). Los medios
y sobre todo Dorothy argumentaban que las estaciones estorban, que los turistas
que las utilicen no saben las reglas por lo que son un peligro e incluso
afirmaron que lo más peligroso en NY no son los taxis sino los ciclistas y que
esta ciudad no es Londres, Paris o Ámsterdam. Similar a lo que dijo Ángel
Verdugo, un comentarista y editorialista mexicano, cuando llamó a aplastar la
plaga de ciclistas que amenazan la ciudad de México (http://goo.gl/xdJpTu).
Sin embargo, gracias
a este sistema pude transportarme sin problemas, seguro y algunas veces más
rápido que por otros medios. También era más cómodo al evitar el sofocante
calor del metro y no tan caro como un taxi; y además, lo disfruté como ningún
otro medio. El paisaje que más recuerdo lo presencié cuando me dirigí a Manhattan
cruzando el río del este (East River) por el puente de Brooklyn. Mientras
pedaleaba con cierta velocidad en la parte descendiente del puente, sentía el
aire fresco en el rostro y observaba los edificios del distrito financiero, que
comenzaban a encender sus luces, enmarcados en un atardecer con tonalidades de color
anaranjado y rosado.
Pienso que sin
la bicicleta no hubiera conocido la misma ciudad. La bicicleta es un excelente
complemento a la mejor forma para ser turista en algún lugar, que es caminando.
Cómo conocer gente, disfrutar el medio ambiente, apreciar los monumentos y edificios,
descubrir buenos restaurantes o tiendas poco comunes, si no es caminando o en
bici. Al ir en un vehículo motorizado o en metro se dejan de apreciar detalles
que hacen de un lugar único. ¿Por qué no querer estar en ciudades que se puedan
gozar, donde se tiene contacto con la gente y el medio ambiente, y que sean
menos contaminantes, como en Ámsterdam, Londres o París? Será que en ocasiones
la gente se acostumbra a rutinas y pierde el interés por disfrutar y conocer su
propia ciudad, y sólo quiere que su comodidad mejore sin atreverse a hacer las
cosas de forma distinta.
martes, 16 de abril de 2013
/Autonomía 65. ¿Es exitosa la Feria Nacional de San Marcos?
En esta ocasión se buscó evaluar el desempeño de la Feria Nacional de San Marcos como producto turístico. A pesar de que es poca la información disponible y su dificultad para recabarla, se encontraron resultados interesantes.
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